A los pardillos de Ezker Batua, el viejo zorro del PNV les pilló muy bien. El PNV se acercaría a preguntar ¿qué necesidades tenéis en la organización? Y ¡zas! cayeron. Entraron a plantear sus necesidades no programáticas y les atraparon por los huevos. “Negociación trampa” que diría Mayor Oreja.
Parece mentira que a estas alturas una formación que ha gobernado con ellos no sepa como las gastan. Era la mejor forma de rebajar peticiones programáticas que “no les venían muy bien”, porque las peticiones de recuperación del impuesto de patrimonio eran complicada con José Luis Bilbao en Bizkaia diciendo que ni pa tras, dinero para impulsar el empleo como que tampoco, modificación de la ley electoral pues iba a ser que no porque tocaba el ADN nacionalista (¿?), y al final sólo eran dos mierdas de votos.
El problema surge cuando los “chicos del programa” no quieren rebajar el listón y tragar y rechazan la negociación de cualquier tipo de temas que se salgan de lo programático, entonces “Houston tenemos un problema”… y lo tuvieron, porque sin otras bazas el PNV sólo podía obtener el apoyo de Ezker Batua con cesiones programáticas que no querían dar.
Y cuando el PNV ve que no obtiene el apoyo, carga la caballería. Xabier Aguirre dijo “muero matando” (o pierdo la Diputación degollando, que es lo mismo) y lo cumplió, eso sí, sin decir nada de su disposición a negociar que trataron de encubrir diciendo que ellos “no mercadean” –será la primera vez-.
El viejo zorro, se ha deshecho de Ezker Batua, es verdad. La Ezker Batua, que le trabajó en el Gobierno, en Bilbao, y en otros lugares para que ellos se llevaran los réditos, e incluso ha pretendido quedar como el valedor de la ética política quien tiene a sus espaldas los únicos casos de corrupción en los tribunales por parte de miembros de su gobierno y de su partido (Alfredo de Miguel, ex diputado de Administración local de Álava, Aitor Tellería y Koldo Otxandiano).